Los remedios caseros según para qué situaciones son mucho mejores que cualquier medicamento que te recete el médico o un especialista en la materia. La congestión nasal es leve pero muy molesta y a menudo necesita de cuidados sencillos pero continuados para remediarla.
Debido a que no suele venir acompañada de fiebres e infecciones, es lo suficientemente llevadera como para continuar con nuestra actividad diaria sin que esto afecte a nuestro ritmo aunque sí, en ocasiones, a nuestra eficacia.
Una congestión fuerte no solo nos reduce en efectividad en nuestras ocupaciones y responsabilidades también puede suponer un problema a la hora de conciliar el sueño por eso, es importante que miremos cómo erradicarla de inmediato.
Abrir una cebolla por la mitad o partirla en trozos hasta ver su interior es uno de los métodos más efectivos contra una congestión nasal. La técnica está en ponerla en un plato abierta, cerca de la cabecera de nuestra cama cuando vamos a tratar de dormir. Al cabo de unos minutos, el aroma agrio de la cebolla impregnará la habitación y servirá para que tus fosas nasales se abran aliviando así, la congestión nasal.
Es importante que cuando hagamos esto, cerremos la habitación en la que vamos a dormir para que así, el olor y el efecto de este conocido remedio casero sea mucho más eficaz.
Repetir el proceso durante tres o cuatro días (dependiendo también del grado de congestión que tengamos) eliminará esta molestia por completo y en nada de tiempo, podremos volver a respirar como siempre lo habíamos hecho.
Debemos además, cambiar la cebolla cada día (la de la noche anterior se va secando y ya no producirá el mismo efecto) y tirar la otra para que el olor sea fresco y penetrante.
Si estás congestionado y necesitas algo efectivo y rápido en este remedio casero, encontrarás la solución.
